diciendo, yo no lloro, ¿lloras tú?

sábado, 2 de enero de 2010

hacia sábados salvajes

Estaba en el sillon vienvo two and a half men y pensando en Felipe, cosas buenas de Felipe no cosas romanticas de Felipe (Maravilloso, dije su nombre tres veces). En fin, estaba en esa situación, ya saben, mirando la tele perdida en los colores y en la cabeza ese qué se yo, ese instante perfecto del ser humano en que usa la mente para viajar y ser libre, cuando de pronto llega mi mamá.

-Mira, Camila. Mira lo que traje...

Con mi habitual falta de empatía la miro...

-Mira ven, está en la cocina...

Mamá no quiero pararme, en serio. Digo eso y me siento mal por ser tan pesada pero no lo suficientemente mal como para hacer algo al respecto.

Luego de un rato aparece de nuevo.

-Mira, Mira.

Y yo miro.

pensé; encontró una tetera mágica con un hueon chiquitito adentro que cumple deseos.

Pero no.

-ES PAN DE MIGA !!! simplemente lo cortas y lo tuestas y es PURA amiga. No tiene corteza. Sólo la miga, dice mi mamá extasiada.

-si? oh, que entretenido...- le digo, mientras pienso en qué deseos le habria pedido al hueon de la tetera mágica.

No se me ocurrió ninguno. Sin aspiraciones. ESO ES VIDA.

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